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El último argumento del Rey, una novela que rinde homenaje al mundo del boxeo

26/04/2024 - 6:55 pm

El escritor Luis Miguel Estrada Orozco habló con SinEmbargo sobre su novela El último argumento del Rey, la cual construye los personajes de Orlando Cano, boxeador, y Carol Ortega, periodista, para presentar un ficticio estudio periodístico de Cano, su carrera y el boxeo como negocio y espectáculo en las últimas décadas.

Ciudad de México, 26 de abril (SinEmbargo).– Orlando Cano es una leyenda del boxeo. Es un tipo que no se lleva demasiado bien con las cámaras, que no se siente a gusto siendo objeto de la prensa y, sin embargo, sabe que es necesario para su carrera. Ante esta certeza, decide hablar con la periodista Carol Ortega, a quien le cuenta su historia en la cual hay inmersa una visión del boxeo como negocio y espectáculo de masas en las últimas décadas.

La historia la narra Luis Miguel Estrada Orozco en El último argumento del Rey (Fondo de Cultura Económica) un relato que permite ver el proceso de un libro que es en sí un libro, un ejercicio metaliterario en el que el lector podrá conocer de primera mano las pláticas entre Cano y Ortega. “Orlando Cano es el protagonista de la historia, que me parecía igual de importante que su contraparte, digamos narrativa, Carol, tuviera peso. Si Orlando lucha en el cuadrilátero Carol lucha con la historia que quiere contar, el modo de construirla”, platicó en entrevista el autor.

“Nosotros lo que leemos como lectores son las entrevistas y los fragmentos de un libro que se está escribiendo, porque Carol quiere escribir un libro, no vemos el libro completo, pero vemos suficientes fragmentos como para darnos una idea del conjunto de lo que va a pasar o de lo que es la historia vital de Orlando, incluso llegamos a ver capítulos que no se publican. Entonces, hay algo totalmente metanarrativo, metaliterario”, ahondó Luis Miguel Estrada Orozco.

Es en estos entretelones que Estrada Orozco logra construir a Orlando ‘El Rey’ Cano, un boxeador consagrado que compartirá sus altibajos: los golpes que ha recibido de su familia, amigos, de promotores abusivos, de entrenadores mediocres y un mundo que opera en función del negocio. Aunque no todo lo que refleja la historia es decadencia, el propio protagonista de la historia personifica una serie de valores que sostiene a lo largo de su vida y que, al mismo tiempo, rechaza aquellos que solo alimentan un espectáculo esteril.

En ese sentido, indicó que esta historia tenía que ser también un pequeño homenaje para la gente que se dedica al boxeo y que eso tiene varias de estas características positivas.

“Me llamaba mucho la atención la forma cómo se ha narrado o cómo se narra en ocasiones desde la literatura al boxeador, no es necesariamente gente reflexiva y me parece que Orlando Cano era buena oportunidad para poner esto que de pronto hay menos personajes positivos en ciertas narrativas latinoamericanas, contemporáneas, de los que uno se imaginaría, entonces qué pasa si pensamos un personaje que es un personaje positivo en algunos aspectos, tiene problemas, tiene altibajos, tiene tragedias, tiene falencias personales, pero me parece que de muchos lados es un personaje que, para mí, además, tenía que ser también un pequeño homenaje para gente que se dedica al boxeo”.

Luis Miguel Estrada Orozco ahondó que de esa manera construyó a Orlando Cano como una suma de varias personas. “Inicialmente el boxeador que me llamó la atención, como para tomarlo de molde, fue Orlando Salido, el Siri Salido, por la manera que tenía de pelea, a mí me parece que sus peleas eran todo drama, todo el tiempo, y hay algunas que son espectaculares, son brutales, es un tipo que, cuando estuvo en activo en el boxeo, me llamó muchísimo, no me perdía una pelea de él”.

“Pero también lo fui enriqueciendo con algunos otros boxeadores, con algunas otras entrevistas, que yo veía, que me llamaba la atención, sobre todo, en torno a la manera como ellos son altamente conscientes de quienes son, de qué imagen se proyecta, de una serie de cosas. Si uno escucha hablar, por ejemplo, a Marco Antonio Barrera, cuando uno escucha hablar al “Finito López”, también uno escucha hablar a la “Chiquita González”, cuando uno escucha hablar a Jaquie Nava, a María Torres, te das cuenta de que hay unos mundos realmente conscientes y reflexivos en torno a lo que hacen y cómo son percibidos”.

Y ahondó al respecto: “Me llamaba mucho la atención meter algo de todo esto en este personaje, porque narra a contracorriente de los estereotipos de nuestra actualidad mediatizada, pero también los estereotipos que han dominado la narrativa de boxeo mexicana, en la cual es el tipo surgido del barrio que llega a la cima y se despeña cargando un fardo de vicios.Traté de hacer una serie de cosas ahí para que la narrativa no siguieran necesariamente un cartabón, pero que tampoco fuera el estereotipo actual del boxeador que se toma 50 selfies y luego va a empujar al rival en la conferencia de prensa”.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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